21. Estatuillas sagradas siberianas

    * “Las figuras humanas de alerce y madera de álamo se tallan, hasta hoy día, entre los cazadores siberianos de renos (los ostyaks, yakuts, goldi, etc.) para representar el mundo de origen ancestral de toda la gente, y siempre son femeninas.” Joseph Campbell, “Las mascaras de Dios: mitología primitiva”

 

    * “Para los evenk (Siberia), la tierra es imaginada en forma de alce: la Señora de la Tierra a la cual el chaman va a solicitar y si es preciso a sustraer animales de caza, es alternativamente hembra de cérvido y anciana. Según los lugares, las funciones que cumple y la dimensión que se le da, es invocada bajo nombres como Madre-Naturaleza, Señora de la Taiga, etc.” Ivar Paulson “Las religiones en los pueblos árticos”

 

    * “Algunas tribus cazadoras de Siberia fabrican pequeñas esculturas antropomórficas de madera llamadas dzuli; […] estas estatuillas representan a la abuela mítica de la que se supone que descienden todos los miembros de la tribu y que protege a las familias y a las viviendas; al regreso de las grandes expediciones de caza se las obsequia con ofrendas de gachas y grasa.” Mircea Eliade, “Historia de las creencias religiosas”

 

    * “Los Yukaghir (Siberia) veneraban a los antepasados de sus chamanes difuntos, personificados y representados por las llamadas personas de madera (Can-coro´mo), que eran colgados de los árboles en lugares naturales importantes, como los desfiladeros de la montaña, las desembocaduras de los ríos y los terrenos de caza, y eran honrados no como simples amuletos de madera, sino como la sede de los espíritus tutelares de los miembros de la comunidad. […] En su vida cotidiana, las gentes de la cultura samoyedo(siberia) contaban con la ayuda de los diversos espíritus del linaje, el clan, la familia y la casa o tienda. Generalmente eran materializados en objetos o figurillas.

    Los poblados de los samoyedos iurak (también llamados nenz) tenían lugares consagrados en plena naturaleza, en el bosque, en la tundra, en las islas próximas a las costas, y en ellos se veneraba a los poderosos espíritus de la especie y del lugar, en forma de ídolos antropomorfos de madera (sjaadai, sadaj), presentándoles ofrendas y oraciones. Los ídolos pasaban de padres a hijos y se conservaban en el lugar sagrado (sinikui), situado al fondo de la tienda, detrás del hogar. Para su transporte había unos trineos de espíritus. […] También tenían las cajas de espíritus hechas de diversas parte del cuerpo de los animales (piel de cabeza de oso, hocico y patas de ardilla, piel de pato, piel de animales o peces desecados, etc.): los espíritus que estaban contenidos en esas cajas prestaban su ayuda sobre todo durante la caza y la pesca.” Ivar Paulson “Las religiones de los pueblos árticos”