* “La Venus de Willendorf, es una estatuilla antropomorfa femenina de entre 22.000 ó 24.000 años de antigüedad. Es la más conocida de las venus paleolíticas. […] La figura de esta mujer desnuda, de unos 11 centímetros de alto, fue esculpida monolíticamente en piedra caliza oolítica (que no es local en la región), y tintada con ocre rojo […] la cabeza parece mirar ligeramente hacia el seno mamario derecho.
Parece ser una representación convencional, no realista, ya que su abdomen, vulva, nalgas y mamas son extremadamente voluminosos, de donde muchos estudiosos han deducido una fuerte relación con el concepto de fertilidad.
Los brazos, muy frágiles y casi imperceptibles, se doblan sobre los senos; y no tiene una cara visible, estando su cabeza cubierta de lo que pueden ser trenzas, un tipo de peinado o una capucha; la cabeza se encuentra inclinada hacia adelante. El abdomen posee un notorio hueco como ombligo. El abultado pubis se expande sobre los gruesos muslos. Aunque las piernas son anatómicamente muy acertadas, las rodillas están juntas y los pies, que no han sido representados (o se han perdido), estarían separados, terminando la escultura a la altura de los tobillos. […] En la saga literaria Los Hijos de la Tierra, de Jean Marie Auel, aparece como una representación y objeto de adoración de la Gran Madre, la deidad principal de las culturas Cro-Magnon descritas en la novela. […] A la Venus se le atribuyen otras funciones en la obra, como el de protectora de los campamentos cuando las tribus que los ocupan se ausentan y como objeto ceremonial que se otorga a las adolescentes que atraviesan Los Primeros Ritos (iniciación sexual). Sus características son explicadas en la obra de la siguiente manera: sus pechos, vientre y genitales abultados y exagerados son una representación de la fertilidad de la Gran Madre, mientras que la ausencia de rasgos faciales se interpreta como la imposibilidad del ser humano de contemplar el rostro de la deidad.” Wikipedia, “Venus de Willendorf.”
* “El aspecto potencial por el que la Diosa proporciona la vida y propicia los nacimientos, es uno de los más antiguos que se pueden detectar y, también, uno de los que mejor se ha conservado en la cultura popular europea […] Las funciones de la Diosa embarazada están relacionadas con la fertilidad, la renovación y la multiplicación. El proceso estacional de despertar, crecer, engordar y morir implica tanto a los humanos, como a los animales y las plantas […] Y de nuevo se pueden observar los poderes de la tierra, haciendo nacer y crecer cuanto está presente entre los seres vivos. El embarazo o la gordura de una mujer o un animal se consideraban tan sagrados como el estado vivificador de la tierra antes de su florecimiento en primavera.” Marija Gimbutas, “El lenguaje de la Diosa”