* “El baile sagrado era otra forma de evocar el alma animal de la humanidad. La huella de pies formando un círculo ha sido descubierta en las cuevas de Tuc d´Audoubert y de Montespan en el sudoeste francés. Hombres y mujeres vestidos con pieles de animales pudieron haber bailado aquí los rituales de caza y fertilidad centrados en determinados animales, como el oso, el caballo y el bisonte.
El estudio de las culturas supervivientes de la Edad de Piedra ha mostrado lo vital que es el mantenimiento de una relación viva entre las costumbres humanas y los poderes invisibles de la vida encarnados en los animales. […] Los tamborileos de los pies humanos en periodos posteriores eran parte de un ritual de fertilidad y los bailarines enmascarados constituían un medio deliberado de aproximarse a las capas más profundas de la psique, dónde tenía lugar la reunión extática de la naturaleza humana y la animal.” Anne Baring y Jules Cashford, “El mito de la diosa. Evolución de una imagen”
* “Los chukchi (Siberia) realizan muchos rituales siguiendo el ciclo de las estaciones: para el salmón, para el primer reno nacido, para el primero cazado, etc. […] Cada danza y su correspondiente producción describe (con los gestos del cuerpo y la imitación vocal de gritos de animales) una variedad de animales: renos, focas, perdices, grullas. Es necesario complacer a sus espíritus para tener, así lo esperan, una buena caza o pesca.” Jean-jaques Nattiez, “Juegos de garganta de los inuit y cantos de garganta siberianos”
* “La danza del Sol en lengua lakota se llama wi wanyang wacipi, cuyo significado literal es danza de mirar fijamente al Sol. No se trata de un culto al Sol sino de una ceremonia de renovación del mundo y de peticiones de fecundidad. […] La danza duraba varios días, en un momento del ritual se colocaba un cráneo de bisonte entre los que danzaban y se cantaba lo siguiente:
¡Wakan Tanka, ten misericordia de nosotros!, ¡Queremos vivir! Esta es la razón por la que hacemos esto. Dicen que viene una manada de bisontes; ya están aquí. El poder del bisonte viene a nosotros; ¡ya está aquí! […]
¡Wakon Tanka, míranos! El más próximo a los que andan en dos pies, el jefe de los que andan a cuatro patas, es tatanka, el bisonte.
Aquí está su cráneo seco, al verlo sabemos que también nosotros nos convertiremos en cráneos y esqueletos y de este modo caminaremos juntos por el camino de regreso al Gran Espíritu […].
Aquí en la tierra, vivimos con el bisonte y te estamos agradecidos por ello, pues él nos da nuestro alimento y hace dichoso al pueblo, es nuestro pariente ¡Oh bisonte, tú eres la tierra!
Los indios trataban al bisonte como a un pariente. El bisonte era considerado un ser sagrado con fuertes poderes y el mensajero de la supervivencia en las praderas.” Erick Rivas Maya, “Danza del Sol”