54. La mujer cazadora

    * “En 1981, se publica Woman the Gatherer, en el que se recogen varios ejemplos de grupos humanos en los que las mujeres participan activamente en la caza. Ya en la introducción su editora, F. Dahlberg habla de las prácticas de caza colectiva de varios grupos bien sea con redes, fuego o aprovechando la orografía del terreno en la que participan hombres, mujeres e incluso niños y niñas.

    En el mismo volumen, A. Estioko-Griffin y P. Bion Griffin explican en su artículo Woman the Hunter: the Agta (Filipinas) que entre este pueblo hay ciertos grupos en los que las mujeres cazan, bien sea ayudando a los hombres o ellas solas; aprenden esta actividad durante la adolescencia, lo mismo que los hombres, y cazan el mismo tipo de animales que ellos, además utilizan machetes o arcos y flechas que pueden estar elaboradas por ellas mismas. El único periodo en que permanecen inactivas en esta tarea es durante el embarazo y los primeros meses tras el parto. En el mismo volumen C. M. Turbull alude al hecho de que las mujeres cazan en su capítulo sobre los Mbuti (Zaire). […]

    Sin embargo, la idea de que la mujer caza se ha venido repitiendo desde entonces en multitud de publicaciones de carácter etnográfico con estudios como los referentes a los aborígenes australianos. En estos grupos la mujer no sólo participa en las cacerías comunales, sino que incluso ellas solas cazan canguros, lo que las señala como hábiles cazadoras tanto de animales grandes como pequeños. Jarvenpa y Brumbach, en su estudio acerca del trabajo realizado por las mujeres Chipewyan (Canadá), afirman que son enseñadas a cazar durante la niñez y la adolescencia por las mujeres más mayores de su familia y tienen su propio equipamiento. En otras poblaciones africanas, por ejemplo entre los Barsawa (Nigeria), las mujeres cazan igualmente pequeños animales y revisan las trampas. […] entre los Mbuti del Zaire la caza se realiza de forma colectiva y participan mujeres e individuos infantiles; lo mismo que ocurre en poblaciones de Alaska en las que las mujeres son vistas como imprescindibles en el desarrollo de la misma y actividades tales como el descuartizamiento, el desollar o el reparto de la carne que suelen estar hechas por mujeres, son consideradas como habilidades de la caza.” Margarita Sánchez Romero, “Cultura material y actitudes de género: el utillaje lítico tallado”

 

    * “Las mujeres de la cultura Matses (Amazonas) participan en las actividades colectivas de caza de su comunidad. Ayudan en el rastreo, participan en la persecución, recuperan las flechas y también pueden dar muerte al animal, así como transportar su carne al poblado. En muchas ocasiones realizan estas acciones con su bebe a cuestas. Salvo algún otro ejemplo (como los matis), está implicación de la mujer en la caza no es habitual en otras culturas amazónicas.” Mujeres matses, www.matses.info